2013: A dejar el discurso, a concretar los proyectos

Por Felipe Morales @felipemoraless

Ahora en la segunda quincena de enero es cuando realmente comienza nuevamente la gestión administrativa en Bogotá, durante este 2013 la alcaldía de Petro debe consolidar su ambicioso y bien intencionado Plan de Desarrollo y pasar del dicho al hecho, del discurso a la realidad. A estas alturas, la novatada de varios e importantes funcionarios públicos debe estar superada para que se puedan concretar metodologías, cronogramas, capacidades institucionales, proyectos e incluso contratos que saquen adelante con éxito las iniciativas del equipo de gobierno.

Imagen

Fuente: www.eltiempo.com

 

Fortalecer lo público, evitar la segregación socio-espacial y organizar la ciudad alrededor del agua  fueron los ejes conceptuales con que se estructuró el Plan, hace un año cuando se comenzaron a debatir estas ideas, a muchos nos sonaron raras, no las entendimos, pero hay que reconocer que la administración ha intentando avanzar en cada uno de estos ejes, y es más, sus debatibles y muchas veces innecesariamente beligerantes actuaciones han sido absolutamente coherentes con estos principios. Mencionemos solo tres de los más sonados ejemplos:

¿A quien le cabe duda que el intento de crear una empresa pública capaz de recoger eficientemente las 7.000 toneladas de basura producidas, que prometía reducir las tarifas que se cobran a los ciudadanos, y en un 30% la cantidad de desechos que llegan a Doña Juana, además de dignificar el trabajo de miles de recicladores que noche a noche silenciosamente se paran frente a las canecas a buscar su sustento, no pretendía ser uno de los frentes para fortalecer el aparato público? Hay que decirlo claramente, eso salió mal, y diga lo que diga la administración, le tocó recular y seguir manteniendo relaciones contractuales con aquellos a quienes tildó de mafiosos paramilitares, y básicamente acudir a la sensatez reconociendo que los responsables públicos de estructurar semejante empresa no fueron capaces, al menos no para el tan anunciado 18 de diciembre, cuando así quedó claramente evidenciado con los hechos que todos los que habitamos esta ciudad conocimos, y que la excesivamente amarillista prensa nacional se ha encargado de explotar como manjar noticioso.

¿Quién creerá que la idea de exigir que los nuevos desarrollos urbanísticos -ubíquense donde se ubiquen- cedan al menos el 20% de suelo para la construcción de vivienda de interés prioritario para víctimas del conflicto, no busca mitigar en algo la segregación socio-espacial?  Y digo idea porque la exigencia debe ser concretada a través de un decreto que fue ampliamente anunciado desde el pasado mes de mayo pero que como otros proyectos de la alcaldía, hasta ahora no pasan de ser un mito discursivo, no se expide tal acto administrativo.

¿Suspender la venta de agua en bloque indiscriminada a cuanto potrero los grandes constructores de la sabana quisieran desarrollar, muchas veces contra las normas urbanísticas y ambientales, pero bajo la anuencia de alcaldes municipales vecinos y de la Corporación Autónoma Regional, explayando la invasión de concreto bogotano sobre el verde protegido de la ruralidad? O evitar que se siga construyendo vivienda popular en zonas inundables del occidente, incluso contra hechos jurídicos cumplidos como la viabilidad ya dada –por parte de la alcaldía anterior- a planes parciales que dieron derecho a los interesados a tramitar licencias de urbanismo y construcción para esos predios, y que tarde o temprano le implicará a la ciudad lidiar con sendas demandas al quebrantar la confianza legítima que tienen los ciudadanos en el Estado ¿no significa ordenar la ciudad alrededor del agua? Sin embargo, y como en los dos casos anteriores, después de anuncios, vociferaciones y pelea tras pataleta, estos hechos se concretan a través de las derogatorias de los decretos otorgados por la propia alcaldía de Bogotá, y como por variar, hasta ahora, no pasa nada, nada de nada, no se derogan.

Como si fuera poco, sacar adelante éstos y muchos otros proyectos propuestos por la alcaldía, pasan así sea tangencialmente  por que se expida un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial que demuestre con claridad técnica y jurídica una visión de ciudad a largo plazo, que un Concejo políticamente adverso al alcalde le permita a la ciudad endeudarse por la bobadita de 4.3 billlones de pesos, para poder así financiar la mayoría de obras de infraestructura, e inevitablemente acudir a los grandes inversionistas privados –a quienes la administración no parece tolerar- para que aporten capital, con ánimo de lucro, al desarrollo de proyectos como la construcción y operación de un sistema de transporte férreo por solo citar solo algún ejemplo. Concretar la construcción las 70.000 viviendas populares con las que se comprometió la administración, implementar correctamente el Sistema Integrado de Transporte Público con un régimen tarifario con fuentes de financiación sostenibles e identificables, ajustar su equipo de trabajo para  que jalone los proyectos del Plan de Desarrollo, y sobre todo, gane a través de ello nuevamente el apoyo ciudadano que aparentemente está perdido, parecen ser tareas apremiantes para la administración durante este 2013.

El 2013 será decisivo para el futuro de Petro, para el embrionario movimiento Progresistas, y más importante aún, para el futuro mediato de Bogotá. Si de aquí a diciembre no se logran concretar proyectos técnicamente sustentados, financieramente sostenibles y jurídicamente viables, muy probablemente durante los dos años que le quedarían a la administración, no habrá tiempo de recomponer el camino para  encausar a Bogotá hacia el desarrollo urbano, y con algo de razón, al finalizar la Bogotá Humana, muchos ciudadanos podríamos decir que esta administración estuvo caracterizada por la beligerancia y la palabrería.

4 comentarios en “2013: A dejar el discurso, a concretar los proyectos

  • Creo que hay que revisar otros aspectos, porque hay otras cosas que se han avanzado y responden a los compromisos de campaña. El enfásis en la personalidad de Petro creo que si a generado otra posicion de la ciudadanía, porque realmente creen que si hay alguien sentado y asumiendo la carga de la ciudad, aunque efectivamente hay que trabajar mucho mas fuerte en las acciones juridicas para acompañar los pronunciamientos! Yo creo que este año van a haber buenos logros!

    • Gracias Iván.

      Por espacio es claro que no se puede hacer una evalueación juiciosa del cumplimiento del Plan de Desarrollo, eso me puede llevar a cometer injusticias. Por ahora solo tomé algunes ejemplos sonados, para tratar de entender por qué se es tan beligerante.

      Gracias de nuevo

  • Ala, me parece un poco delicado no estudiar un poco las cosas con más juicio… Como bien dice, las propuestas son bien intencionadas. Esto no quiere decir que estén bien pensadas ni que cuenten con los estudios necesarios…

    – Las basuras, eso había que hacerlo de todas las maneras menos esta.

    – El «agua en bloque»: Alguien se ha percatado que las fuentes de agua potable de Bogotá no son nuestras? Que tal que le diera al piedemonte llanero por reclamarnos lo que por hidrología es de ellos? Me parece un poco descarado contaminar el río que irriga toda la sabana y negarles el acceso a la fuente de agua que tenemos (prestada de otro lado)

    Si la idea es mirar si se va en la misma dirección del discurso, el artículo tiene el punto… Si la idea es ponernos a pensar como ciudad… Tengo mis dudas…

    Eso no quiere decir que el alcalde no haya tenido asomos de aciertos… Pero es más complicado que eso.

    • Juan Pablo,

      Agradezco sus amables comentarios. Creo que estamos alineados. No es un artículo de defensa a Petro, es más, creo ser claro con las críticas. Pero de que es coherente con su Plan de Desarrollo, sí lo es. Como ya muchos lo han dicho, los ¨qués¨ están claros, pero los ¨cómos¨, bastante complicados…….

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: