Las ventas informales que ni fu ni fa.

Por: Sebastián Castañeda @SCastanedaS

Tres ideas claves en torno a la política de manejo de las ventas informales en el espacio público de Bogotá.

1.       No hay un as bajo la manga.

No existen formulas mágicas, y quien promete tales cosas está más cercano al mundo de la fantasía que a la realidad de la gestión urbana. En Bogotá hemos aprendido que enfrentar el problema de las ventas informales desde una óptica policiva es infructuoso, y hacerlo representa grandes costos para la sociedad y sus autoridades. Sin embargo, la conquista paulatina de todos los espacios peatonales por parte de los vendedores – que mas que ambulantes son estacionales – dejan ver que la omisión y el silencio administrativo es mucho más caro para la ciudad, especialmente para sus peatones.

Tampoco lo son los cubículos del IPES, pensados como una alternativa de formalización, puesto que no sólo son insuficientes sino que la posibilidad de multiplicarlos a lo largo de la ciudad es inviable. Sería un atentado contra la ciudad disponer filas interminables de cubículos comerciales y, adicionalmente, los espacios peatonales estratégicos para el comercio son escasos y por lo mismo tienen una lógica de rendimientos marginales decrecientes, es decir, más cubículos significarían menos clientes y, por esa vía, menores incentivos para permanecer dentro del programa.

   2. La clave está en la administración descentralizada.

Por lo tanto, es recomendable que la formulación de los programas de recuperación del espacio público responda más a las condiciones del área de intervención y a sus actores involucrados, que a la fe ciega en formulas abstractas. Y es entonces cuando los alcaldes y las juntas administradoras locales juegan un papel trascendental.

Hace algunas semanas acompañé a los vendedores ambulantes de la Plazoleta del Rosario en una negociación con la Alcaldía Local de La Candelaria y los representantes del Instituto para la Economía Social (IPES). El interés de los vendedores de encontrar soluciones al desalojo inminente contrarrestaba con  la actitud soberbia del gobierno local, que sobretodo supo mostrarse  como el representante de una autoridad sorda y ciega a las problemáticas que por años ha resultado de su inacción institucional.

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El argumento de la alcaldía local es que la plazoleta es una zona de espacio público recuperada, según lo cual se ha surtido el procedimiento de censo y se han ofrecido las alternativas de reubicación o restitución de las expectativas de los afectados. Lo anterior en consonancia con el principio de confianza legítima que protege a los vendedores. Es decir, el reconocimiento de que a lo largo de varios años de inacción de las instituciones se crearon expectativas en los vendedores que no pueden suprimirse de manera inmediata. Por lo tanto, se precisa de un procedimiento de transición que permita llevar a cabo su reacomodamiento sin traumatismos. Los vendedores, por su parte, argumentan que no fueron tenidos en cuenta en el censo, y que la desconfianza en las instituciones producto de la política represiva que predominó con Mockus y Peñalosa desincentivó su vinculación a los programas, lo que sumado a su desorganización significó el fracaso en los procesos de negociación y vinculación en las políticas de las siguientes administraciones.

Una revisión más profunda de los argumentos esgrimidos por las partes evidencia el desconocimiento de los funcionarios públicos alrededor de la problemática. En la resolución 100 del 16 de Abril del 2012 en la que se actualiza el inventario de espacios públicos recuperados, la información sobre la candelaria es la siguiente:

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Según la citada resolución la Plazoleta del Rosario no hace parte de las zonas de espacio público recuperadas, y lo que hay en el fondo es una preocupante indefinición de su estatus jurídico, que se traduce, como era de esperarse, en acciones descoordinadas y contradictorias.

 

3. La clave está en la creatividad.

En mi discusión con la representante del IPES argumenté que lo importante del espacio público no es el espacio físico muerto, sino  los usos que permite, los encuentros que dinamiza y la permanencia que invita producto del acceso a ciertos servicios. Le manifesté que la Plazoleta del Rosario es una plazoleta universitaria, utilizada por los estudiantes como zona de encuentro, descanso y esparcimiento que compensa el déficit de zonas comunes de la Universidad del Rosario. Que el acceso a los productos comercializados por los vendedores alivia la necesidad de encontrar diversidad de oferta a menores precios que los ofrecidos por las cafeterías institucionales, por lo cual muchos de los estudiantes son clientes de las chazas. “los monitos” como se refieren los vendedores a los estudiantes, somos los grandes beneficiados de su actividad.

Pensar en la reubicación desincentivaría muchos de los usos que hoy tiene la plaza, y la naturaleza pública quedaría desdibujada en un espacio de transito que no ofrece nada para la permanencia. Por lo mismo, sugerí que el asunto está en el orden, el perfeccionamiento de la actividad a través de la renovación de sus carros, parasoles y uniformes, de modo que se muestre más organización y el control por parte de las autoridades juegue un papel protagónico.

A su vez, complementar lo anterior con la apuesta de los vendedores por constituir una asociación que les des fortaleza organizativa y los vincule en la actualización de su prácticas comerciales, sumado también a la importancia de desarrollar esquemas empresariales que potencien su actividad económica.

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Por supuesto, todo lo anterior tiene que estar en el marco de resoluciones administrativas que den las herramientas a las autoridades locales para la ordenación de las formas de uso del espacio público, entendiendo, por supuesto, que la acción administrativa es taxativa y no da espacio para la discrecionalidad.

Finalmente, la invitación es a no creer en las fórmulas mágicas y a insistir en lo importante que es entender las particularidades de los contextos donde son aplicados los programas, de modo que no se atente contra la variada oferta que hace la ciudad y que es el trasfondo de su riqueza como espacio para la conquista de lo público. Tienen que existir espacios de crítica constructiva a los programas y la capacidad institucional para ser flexible a los contextos, de lo contario nos estaríamos condenando a la ciega aplicación de formulas que no atienden los requerimientos de la ciudad.

6 comentarios en “Las ventas informales que ni fu ni fa.

  • No creo que una forma de «compensar» los espacios de los que carece la universidad tenga que ver con el hecho de que asistamos a la perpetuacipon de los vendedores ambulantes en los alrededores. Yo soy estudiante de la facultad y por lo tanto estoy plenamente convencido de que la venta ambulante supone más inconvenientes que ventajas. Ojo con eso, porque si bien la solución requiere mucho de voluntad política, también es cierto que estos vendedores tienen que asumir responsabilidades ciudadanas.

    • Cierto tu comentario final. Agregaría que para esto el reto que tienen los vendedores -hablando en el marco de toda la ciudad- es el de la organización, un obstáculo son las mafias que «alquilan» el espacio público en varias zonas.

      • Muchas gracias por sus comentarios.
        Es importante precisar que cuando se refiere a la compensación de los espacios que no tiene la universidad no estamos teniendo en cuenta la presencia de los vendedores, es decir, que la plazoleta, con o sin vendedores, es el espacio que utilizan los estudiantes de la universidad para encontrarse y reunirse.

        Lo ideal es que las decisiones que se tomen frente al espacio publico salvaguarden tanto el derecho de los estudiantes y los peatones para disfrutar de un espacio publico accesible, como la garantía del mínimo vital y el derecho al trabajo de estas personas, independientemente si es en la plazoleta o no.

        Por otro lado, hace unos días y por iniciativa de los vendedores se están recogiendo firmas de apoyo de los estudiantes para permanecer en el lugar, lo cual es muestra de la acogida que también generan estos dentro de la población estudiantil.

        Por supuesto es un tema complejo que hay que tratar con cuidado y rigor.

    • Por un lado esta el valor paisajístico del espacio público, muchos cubículos afearía la calle y se convertirían en barreras para el transito y la accesibilidad.

      En segundo lugar están los rendimiento marginales decrecientes, es decir, mas cubículos significan mayor competencia entre los vendedores, lo que se traduce en menos clientes y menores ingresos, esto por supuesto es un impedimento para la permanencia de los vendedores dentro del programa del IPES.

      Finalmente están las consideraciones de diseño. Los cubículos del IPES no tuvieron en cuenta que el vendedor tenia que sentarse y protegerse del agua, lo cual en materia de diseño es un desacierto.

  • «VERDADEROS LABORATORIOS PARA GESTAR NUEVOS EMPRESARIOS»
    El incremento de los trabajadores de la informalidad(vendedores y prestadores de servicios) en las distintas ciudades del país no es un capricho del ciudadano, nadie quisiera ser vendedor informal, esto es el anuncio catastrófico de nuestras economías, incapaces de absorber la fuerza laboral que se gesta desde el sacrificio de las familias para hacer de sus hijos tecnologos y profesionales en un mercado de oportunidades laborales reducido para un 10%aproximado de quienes logran graduarse, para el resto que logro titularse su camino es claro, un orgullo para su familia como profesional y un fracaso para su economía familiar y un futuro incierto, su paso siguiente de seguro es la informalidad. empieza como vendedor puerta a puesta, vendedor de seguros, de alimentos de una prestigiosa empresa, de créditos y demás.., pero al no obtener suficientes ingresos para compensar sus necesidades busca su independencia y nace un vendedor informal ambulante, luego semi estacionario y despues estacionario. Se necesita políticas publicas y especificas para atender a este sector para la prevención y atención de quienes pueden llegar a esta actividad y los que ya lo son. políticas de fácil acceso sin restricción de edad y otros requisitos, para que se pueda aplicar tanta ley de atención social y llegue a quienes verdaderamente lo necesitan; la solución a este desequilibrio social no es mas que la articulación de una educación pertinente con la creación de medios de producción estatales (laboratorios de emprendimiento) en las distintas áreas de nuestra economía, para que ingresen nuestros estudiantes a la vida laboral y empresarial en el mismo tiempo en que realizan sus profesiones, para que al final y durante el proceso educativo construyan su proyectos empresariales y sean objeto de credito y capital semilla, consolidando suficiente experiencia para ser los nuevos empresarios o auto-empleados formales atraves de empresas o micro empresas unipersonales o familiares. Es lo que verdaderamente le falta (Laboratorios productivos)a nuestra educación en un país tan diverso y rico en su producción. tenemos que garantizar el trabajo el ingreso económico al estudiante, para no continuar con la política de créditos para estudios atraves del icetex, endeudando y convirtiendo en mas pobres a quien quiere superarse, hay que revaluar este concepto y ponerlo a tono con nuestra realidad. TLC, economía globalizada, tecnología, recurso humano especializado, economía de escala, economía virtual y otros..,
    Es hora de recoger estas viejas herramientas e innovarlas para generar un verdadero cambio, con lo mismo no abra cambio. «VERDADEROS LABORATORIOS PARA GESTAR NUEVOS EMPRESARIOS»

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