El panorama de Ciencia, Tecnología e Innovación en Bogotá

Por: Jose Orlando Montes de la Barrera

@Joseorlandom

La ciencia, tecnología e innovación (CTI) es uno de los grandes catalizadores del desarrollo social y económico de los territorios, y sin importar cuán importante sea, se pone de moda por temporadas,  como es el caso de la temporada electoral, en la que se permea en el discurso de los políticos para cautivar algunos votos en este nicho específico, y a la hora del té no se hace o avanza mucho porque sus resultados no son inmediatos ni se ven durante el reinado del que gobierna; o por que se intenta entrar en el conglomerado de los países miembros de la OECD y se hace necesario avanzar en la materia, creyendo que con un poquito más de inversión se suben los indicadores espontáneamente; o bien porque hay un problema que rompe el statu quo y lo mediatizan para ocultar otros. En fin, el asunto es que la CTI no es prioridad en Colombia, y de esta realidad Bogotá no se escapa.

Utilizando algunos indicadores empleados comúnmente para monitorear el estado de la CTI se encuentra que en el período 2010-2012 Bogotá alcanzó un 52,5% de inversión en Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ACTI) [1] con respecto al total nacional, lo cual equivale a 4.4 billones de pesos. Esta cifra es bastante baja si se tiene en cuenta que incluye las inversiones realizadas por el gobierno, empresas, instituciones educativas, centros de investigación y desarrollo tecnológico, hospitales y clínicas, e instituciones sin fines de lucro. Sumado a esto Bogotá es el polo educativo, económico y político de Colombia, lo cual hace que se presenten dinámicas especiales que podrían facilitar mayores inversiones en CTI, situación que no se presenta.

En lo que respecta a formación científica y tecnológica, el Observatorio Laboral para la Educación reporta 868.106 graduados en Bogotá (2001-2012)  desde el nivel técnico hasta doctorado, equivalente al 38,38% del total de graduados a nivel nacional en el mismo período (figura 1); sin embargo, de estos graduados sólo 653 finalizaron estudios de doctorado y 26.083 concluyeron estudios de maestría, niveles de formación en los cuales se desarrolla y capitalizan la mayoría de los desarrollos científicos y tecnológicos, y se realizan investigaciones para empujar las fronteras del conocimiento que aportan al avance de los dos anteriores. Ahora bien, de los estudiantes que se graduaron con título de doctorado el 40,7% lo hizo en áreas relacionadas con matemáticas y ciencias naturales, el 25,3% en ciencias sociales y humanas, y el 13,78% en ingeniería, arquitectura y afines. En cuanto a maestrías, las estadísticas cambian notablemente ya que el 24% de los maestros egresó de programas afines a ciencias sociales y humanas, el 22,3% de economía, administración, economía y afines, el 19,62% de ingeniería, arquitectura, urbanismo y afines, y el 34% restante de áreas relacionadas con ciencias de la educación, ciencias de la salud, agronomía, veterinaria y afines, y bellas artes.

Figura 1.  Graduados en Bogotá 2001-2012. 

Graduados en Bogotá 2001-2012

Graduados en Bogotá 2001-2012

Fuente: Observatorio Laboral para la Educación. Consultado en junio de 2014.

La investigación científica que da paso a nuevos conocimientos, innovaciones y tecnologías se concentran generalmente en los grupos de investigación y centros de investigación y desarrollo tecnológico[2] (CDT), en su mayoría adjuntos a Instituciones de Educación Superior, ya que en estos se encuentra la infraestructura, recurso humano y financiación requerida, aunque escasa. Al día de hoy, Bogotá cuenta con 1621 grupos de investigación, de los cuales 939 se enfoca en investigaciones relacionadas con desarrollo tecnológico industrial y calidad, y 1507 en electrónica, telecomunicaciones e informática; además de 35 de los 71 centros de investigación y desarrollo tecnológico reconocidos por Colciencias a nivel nacional.

Adicionalmente, Bogotá a 2011 contaba con el 44% de los 18.275 investigadores activos vinculados a grupos de investigación, y 254 de las 467 de las revistas indexadas en Publindex a nivel nacional (OCyT, 2012), y a la fecha es cede de 119 de las  358 aprobadas por el Ministerio de Educación Nacional.

Estas estadísticas aunque parezcan prometedoras podrían confundir al ciudadano incauto y generar una falsa sensación de tranquilidad y seguridad en la materia, primero porque están un poco lejos de ser comparables con las de capitales de algunos países de la región y muy lejos de aquellas que hacen parte de la OECD; segundo, Bogotá no es que tenga sus capacidades de CTI muy altas con respecto al total nacional y las cifras departamentales, es que estos últimos están rezagados en la materia, al punto en que no podría ser sensato tomar a muchos de estos como punto de referencia. Ahora bien, si Bogotá es una ciudad compleja con suficientes problemas, ¿por qué no se apoyan de manera efectiva en sus capacidades de CTI para resolverlos? ¿Será falta de planificación y liderazgos adecuados? O ¿Poca capacidad de articulación, consensos y de ejecución?


[1]OCyT (2012). Indicadores de Ciencia y Tecnología Colombia 2012. Bogotá D.C.

[2] http://scienti.colciencias.gov.co:8083/ciencia-war/index.jsp

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