Muy bonito y todo, pero ¿y qué?

Por: Martín Rivera Alzate
@riveraalzate

Excelentes titulares de prensa, buenos comunicados presidenciales y hasta llamativo el nombramiento, pero dejémonos de vainas, ¿de qué sirve la creación de la Alta (con A mayúscula) Consejería para Bogotá?

Los analistas políticos destacan la importancia que Bogotá le representa a la nación y siguen insistiendo con ese enunciado pendejo que la Alcaldía de Bogotá es “el segundo cargo más importante del país”. En plata blanca en la ciudad hay cerca de dos millones de votos reales y si tenemos en cuenta que Bogotá le genera cerca del 25% del PIB al país, si a la ciudad le va bien a Colombia le va mejor. He ahí la justificación para la creación de dicha Alta Consejería.

Sin embargo Bogotá es una ciudad madura democráticamente y puede valerse por sí sola. Por lo menos (tristemente) ya no se elijen personas que se bajan los pantalones o quienes proponen carros con hélices para así evitar los trancones. Más mal que bien, el voto programático es el que define el burgomaestre y en esta ocasión Gustavo Petro Urrego, acompañado de su perrita Bacatá, salió legítimamente como El elegido para gobernarnos durante cuatro años.

Independientemente si lo está haciendo bien o mal, el nombramiento de Gina Parody para aconsejarle al Presidente Santos acerca de los temas de la agenda de la ciudad es administrativamente poco efectivo. En primer lugar porque es un cargo que parece más improvisado que planeado. No hay un Manual de Funciones determinado. En segundo lugar, no podemos olvidar que Gina viene de ser contrincante de Petro en las elecciones a la Alcaldía lo cual no le da legitimidad técnica pues ella tenía su propia visión de ciudad y finalmente por que Petro ya definió su hoja de ruta y ésta fue aprobada por el Concejo de la ciudad.

Quiero dejar claro que en ningún momento la intención de ésta columna es defender o apoyar al Alcalde Mayor, lo que si quiero manifestar es que Presidencia debería utilizar sus herramientas burocráticas para pensar más en grande y dejar de promover campañas locales para las elecciones de 2015 (tristemente falta mucho). Una Alta Consejería para Bogotá es seguir en el Siglo XIX centralizado y no pensar en el tema urbano como un teme transversal del desarrollo del país. El 75% de la población nacional reside en cascos urbanos y está en crecimiento. Es hora de pensar en políticas urbanas serias que impulsen el desarrollo de todas las ciudades.

En Brasil, por ejemplo,  existe desde el gobierno de Lula el Ministerio de las Ciudades. ¿Por qué no la Alta Consejería para las Ciudades? Este tipo de nombramientos no siguen sino confirmando lo cortoplacistas que somos los colombianos y como los intereses siguen determinando el quehacer de las funciones públicas. Si bien todos queremos que a Bogotá le vaya bien, hay otros caminos de presión, que deben venir desde la ciudadanía, para garantizar el buen funcionamiento administrativo.

Debo reconocer que Petro actuó de la manera más elegante y eficiente al anunciar que el diálogo con Gina será a través de su secretario privado Jorge Rojas, pues él tendrá –como debe ser- línea directa con el Presidente Santos. Si Petro sigue haciendo las cosas mal Gina se podrá convertir en la buena del paseo, o se podrá convertir en la reina de belleza que hace cara de inteligente cuando le preguntan por la paz mundial. Hombre con hombre, mujer con mujer y de igual manera en el sentido contrario.

1 comentario en “Muy bonito y todo, pero ¿y qué?

  • Desde luego que el Presidente Santos realiza un gobierno centralista, quiere el poder absoluto, además para seguirse manteniendo en el poder debe crear más burocracia. Escuché por radio que ´
    estas altas consejerías, nos cuestan $4500 millones al año. Lucho, aunque dijo que el no quería un Ministerio, le hizo un guiño a Santos y le dió una alta consejería, su cuota por el apoyo del Partido Verde y ahora Gina. Cuándo se terminarán estas prácticas amañadas para hacer política. Que tristeza! Pero si Petro respira, enseguida le cae toda la crítica de los medios, pero como Santos es tan mediático, lo único que faltó es que hubiera transmitido en vivo y en directo su cirugía.

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