Por Germán Sarmiento/www.miblogota.com
“Yo creo que la imaginación, la innovación, es empezar. No podemos tener todas las respuestas. No podemos ser tan arrogantes para pensar que tenemos todas las respuestas. Empezar es importante y contar con los aportes de la gente. Ellos te pueden indicar si vas o no por el camino correcto.” Jaime Lerner
Este sábado que acaba de irse -26 de mayo- pasó algo extraordinario en la ciudad. Cientos de personas participamos en una emocionante iniciativa de acción y expresión ciudadana que se extendió por toda la ciudad. El nombre de la jornada: 100 acciones en 1 día. ¿El objetivo? Darle a Bogotá. Una invitación a la ciudadanía por otros ciudadanos, no el gobierno, a conectarnos y a actuar generosamente por una mejor ciudad. Un llamado a asumir con creatividad y alegría la responsabilidad que nos atañe por el presente y futuro de Bogotá.
¿Qué pasó? De todo. Una gran variedad de intervenciones, realizadas principalmente por jóvenes, despertaron las calles bogotanas. (http://100en1dia.com/) Nosotros, el Combo2600, intervenimos el cruce peatonal de la Cr 11 con Cll 87 que conecta el Parque el Virrey. Pintar una cebra de colores fue nuestra contribución. ¡Y cómo hacia de falta!
Aprecien:
¿Por qué lo hicimos? ¿Por qué esta cebra de colores? A continuación algunas razones:
- Dignificar y priorizar al peatón. No hay nada más indicativo de una ciudad disfuncional, excluyente y poco humana, que aquella que invisibiliza, maltrata y amenaza al peatón. Y así es Bogotá. La experiencia del peatón en las calles bogotanas además de ser una absoluta desdicha, es extremadamente peligrosa. ¿Sabe cuántos peatones murieron el año pasado[1] en Bogotá? 312, el 60% del
- total (564) de las muertes relacionadas con accidentes viales. Ello quiere decir que prácticamente muere 1 peatón todos los días del año (0.85) y en promedio 26 al mes. La dignificación y priorización del peatón es condición obligada de una ciudad humana.
- Pequeños cambios que son determinantes. Pintar una cebra es algo bastante sencillo. No requiere de complejos planes o cuantiosos recursos. Pero definitivamente, hay que querer hacerlo. Así lo demostramos. Las cebras no son accesorias. Cumplen un rol práctico de la mayor importancia, que es proteger a las personas que caminan, que a su vez, son los actores más débiles de la vía. Hay que convencerse de que son necesarias.
- Acción Ciudadana y Corresponsabilidad. Este es un llamado a la acción. Para el gobierno, por supuesto, pero sobre todo para la ciudadanía. Tenemos que pasar de la crítica a la acción proactiva. Como dice Lerner, “hay que empezar”. Independiente de cuál sea el desempeño del actual gobierno, los ciudadanos debemos empoderarnos del cambio. ¿Cuánto nos ha costado la apatía y la distancia en relación a los asuntos públicos de la ciudad? ¿Cuánto nos cuesta la pasividad? Si no lo hacíamos nosotros, parece que nadie más lo iba hacer. Hay que apostarle a la construcción de una mejor ciudad desde abajo, con la ciudadanía como el motor medular del cambio.
- Empatía y solidaridad. Porque pensar en el peatón es pensar en todas las personas de esta ciudad. Absolutamente todos somos peatones.
- Construcción de confianza entre ciudadanos y apropiación del espacio público. El ejercicio demostró ser una gran excusa para que ciudadanos en las calles que no nos conocíamos interactuáramos amigablemente. ¿No creen que más de esto le vendría muy bien a Bogotá? El espacio público como punto de encuentro y conexión entre ciudadanos.
- Provocar reflexión. Si lo hace el gobierno, nadie cuestiona. Pero en este caso, las preguntas que se hizo la gente llovieron: ¿Por qué lo hacen? ¿Qué quieren decir los colores? ¿Para qué la cebra? ¿Quiénes son ustedes?
Al terminar el ejercicio, Doña Carmen, la señora del puesto de frutas, jugos y salpicones (muy recomendados) que allí mantiene, nos cuenta que hace aproximadamente 3 semanas, vio cómo en este punto exacto de la ciudad, murió un señor de edad atropellado por un auto cuando salía de misa.
¿Qué otras razones encuentran?
Finalmente ¿Por qué el Gobierno Distrital debería hacerlo? Unas ideas:
- ¿Es verdaderamente el peatón la prioridad de la actual administración? Mantener cebras visibiliza un interés explícito de querer proteger al peatón. Así mismo, lo contrario, no hacerlo, es una manifestación de lo opuesto, de que no importa. Y también de mala gerencia. Los mensajes cogen fuerza en la medida en que sean respaldados por acción y resultados. Hay que hacerlo, sí o sí. El resultado es visible y su beneficio inmediato. Lo vimos con la intervención. La llamativa señalización indujo a varios conductores a cederles el paso a los peatones.
- Acción en el corto plazo. Como ya lo dije, pintar cebras es algo que es posible empezar a hacer desde ya, y que nunca ha dependido de la aprobación del Plan Distrital de Desarrollo. Conectaría el buen discurso sobre priorizar al peatón con acciones perceptibles para la ciudadanía. Enviaría el mensaje de que NO es paja y que este es un gobierno de acción. Realmente está en el poder del gobierno la posibilidad de escalar una verdadera política de protección al peatón.
- Participación ciudadana con impacto. Lo hecho por nosotros, debe verse por la administración como una oportunidad de innovar con impacto en materia de participación a través de alianzas gobierno-ciudadanía. Nada que ver con eso de los cabildos ciudadanos (espacios de participación pasiva). Acá los ciudadanos deciden, pero además actúan, creando comunidad alrededor de problemáticas urbanas. No hay espacio para la politización, sólo para las buenas causas. Los ciudadanos son los protagonistas del cambio.
- Los detalles importan. La infraestructura física de la ciudad importa. Demuestra una intención por cuidar y mantener la infraestructura física de la ciudad (Teoría de las ventanas rotas). Que en el caso del peatón obliga a prestar atención a: cebras, señalización, reductores de velocidad, control de límites de velocidad, mantenimiento de andenes, semaforización, sanción a estacionamiento ilegal y tránsito de motocicletas sobre espacios peatonales.
- Conclusión. La propuesta concreta consiste en optar por una aproximación estratégica a la ciudad a través de un lente que protege al peatón, y busca deliberadamente, siempre, salvaguardar sus derechos como la prioridad de la ciudad. Con la pregunta en mente: ¿Qué se necesita para darle ese lugar al peatón? se garantizaría un enfoque de prioridades, trabajo, y toma de decisiones en el corto, mediano y largo plazo (gerencia), coherente, a escala y perceptiva con las necesidades de los seres humanos que vivimos la ciudad.
¿Qué opina del ejercicio?
[1] Información Cámara de Comercio de Bogotá
Yo troto por el Virrey y los vi pintar la cebra y no entendí muy bien. Hoy que pasé por ahí de nuevo vi carros que pararon antes de la cebra para dejar pasar peatones. También vi hace más de un mes el accidente que mencionan en el que murió un señor de edad en ese cruce, atropellado por un bus.
Los felicito por su iniciativa!! Me consta que el granito de arena que pusieron seguramente va a salvar varias vidas!
De esto se trata. Una invitación a tomar conciencia sobre la problemática del peatón, pero además una acción concreta y práctica que seguramente inducirá un mayor respeto por quienes caminan.
Muy buen aporte me parece interesante la idea y asi toca compromiso por parte de los mismos ciudadanos no es solo pintar cebras ahora nosotros como peatones debemos usarlas ..y me encanta la idea de que fuesen de colores.. los colores son geniales son vida alegria..
Yo también paso por allí casi a diario. La actitud de los conductores raya en lo salvaje: parece que al ver un peatón no solo no se detienen, sino que aceleran, no sea que se le vaya ocurrir a cruzar. ¡Enhorabuena por su iniciativa! Y ojalá la Alcaldía tome nota.