Ven y Sana mi Dolooor

Por: Diego Laserna @DgLaserna

En el año 2008 el reggaetonero Daddy Yankee puso de moda la canción “Llamado de Emergencia”.  El corito era algo así como “ven y sana mi dolooor”.  Tal vez algunos se acuerden. Bueno, esa fue la última vez que un llamado de emergencia estuvo de moda en Bogotá.  Hoy por hoy si usted llama al 123 a reportar una emergencia, su llamada la recibirá un equipo de gente totalmente olvidado por el gobierno distrital y que no está en las condiciones apropiadas para atender una emergencia.

El Número Único de Seguridad y Emergencias 123 arrancó en 2007 con la idea de que, si a usted lo están robando o se le está quemando la casa no le tocara esforzarse para acordarse del teléfono de la Policía, los Bomberos o la ambulancia, sino que hubiera un solo número para todo.  El decreto que creó el 123 estaba lleno de ideas ambiciosas, como que fuera de carácter permanente, que tuviera equipos con la última tecnología, que integrara cámaras, GPS y toda clase de bases de datos; pero las cosas arrancaron mal desde el principio.

Tomada de www.perfilenblanco.com

Tomada de www.perfilenblanco.com

En lugar de crear una dirección en la Secretaría de Gobierno que se encargara del 123, le asignaron su financiación al Fondo de Vigilancia y Seguridad que, como mostré en mi columna anterior, es un absoluto desastre.  Así, de los 131 civiles que trabajan en el 123, sólo uno es funcionario; los otros 130 tienen contratos de prestación de servicios. Legalmente eso quiere decir que no tienen ni horario ni subordinación y que por lo tanto, frecuentemente no van o simplemente no hacen lo que su “superior” les dice.

Como resultado, de los 63 puestos que hay para recepcionistas de llamadas, en promedio atienden en 42 y se pueden demorar hasta 19 timbres en contestar. Eso desespera si a uno se lo hace la novia, pero en una emergencia es absolutamente inhumano.

Para colmo de males, los contratos duran en promedio 5 meses y son un botín para cualquier politiquero. Inclusive, hay casos como los denunciados por las concejales Tamayo y Lozano, de recepcionistas que ganan 10.5 millones de pesos por 15 días de trabajo.  El pago ideal por unos voticos ¿no?

Tomada de: Encuesta de Percepción y Victimización 2012 S2

Tomada de: Encuesta de Percepción y Victimización 2012 S2

Hoy, seis años después de su creación, la imagen positiva del 123 ha caído 20 puntos y la Policía está desesperada por acabarlo o apropiárselo (que sería gravísimo porque nadie se queja de un Policía con otro Policía).  La información que se recibe allí, que sería muy valiosa para desarrollar políticas públicas, se desperdicia en medio del caos y la tecnología del sistema sigue rezagada, sin integrar ni las cámaras ni el Internet.

Es decir, una vez más la falta de una Secretaría y una Política de Seguridad dejan a los bogotanos y su bienestar colgando de la brocha y a diferencia de Daddy Yankee, el día en que tengan que llamar a decir “ven y sana mi dolor”, se van a quedar esperando.

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