Por: Diego Laserna @DgLaserna
Hoy por hoy en Bogotá es raro pasar un día sin ver un accidente que involucre una moto. No importa si uno va caminando, en carro o en bicicleta, si se descuida un segundo la moto puede estar encima suyo sin aviso. Y pues, si va manejando la moto, el riesgo es peor.
Desde el 2000, el número de motos registradas en Bogotá se multiplicó por 11 y en 2012 el número de muertos en accidentes que involucran motocicletas alcanzó 219, la cifra más alta desde que la Secretaría de Movilidad tiene datos.
Algunos, como el exministro Gabriel Silva, sugieren que la prevención con las motos es una opinión clasista y que “en ese vehículo de dos ruedas va cabalgando la esperanza de una Colombia más moderna y equitativa”, pero la realidad es que la falta de unas políticas de transporte serias ha obligado a miles de personas a usar un vehículo muy peligroso para poder sobrevivir.
Manejar moto, independiente de su contexto, supone un riesgo mucho más alto para su conductor que otros modos de transporte, ya que combina altas velocidades con una total falta de protección física. Como dicen por ahí “en moto, el chasis es usted”. Pero además, el contexto de nuestra ciudad aumenta exponencialmente los riesgos de andar en moto y de convivir con ellas.
En primer lugar, el Ministerio de Transporte no garantiza efectivamente que las personas a las que se les da el pase para moto sepan manejar, por lo tanto frecuentemente no saben reaccionar en momentos críticos ni conocen las mínimas reglas de convivencia en la vía. En segundo lugar, uno de los principales factores para comprar moto es meterse entre los carros y ahorrarse el trancón, lo cual multiplica los riesgos para todo el mundo. En tercer lugar, Bogotá está mal iluminada y llena de huecos y mientras coger un hueco puede dañarle el rin a un carro, a un motociclista coger un hueco a una velocidad promedio puede costarle la vida.
Aunque las motos no se van a ir para ningún lado, Bogotá debe actuar de manera urgente para que no aumenten más y sean menos problemáticas.
La prioridad es invertir mucho más en desarrollar un transporte público barato, rápido y de buena calidad que ofrezca una alternativa viable y segura a la moto. También se debe garantizar que el precio de manejar moto en Bogotá refleje los costos que tiene para la ciudad. Se les deben eliminar las exenciones al impuesto de rodamiento y exigir un SOAT específico para motos cuyo valor represente el riesgo que implican para la otra gente. Pero ante todo se debe garantizar que quienes tengan el derecho a manejar moto sepan hacerlo y lo hagan de una manera respetuosa.
Si dejamos que la moto se vuelva el principal medio de transporte en Bogotá, y no tengan duda que para allá es que vamos, dentro de 10 años estaremos llorando miles de muertos y viviendo en una ciudad donde caminar y respirar va a ser aún más difícil que hoy.
Les recomiendo este estudio de medicina legal que dan todo un capitulo a los accidentes de moto, ahí quedan bien caro cuales son los comportamientos peligrosos donde hay que enfocarse mucho a campañas de cultura ciudadana. http://www.medicinalegal.gov.co/images/stories/root/FORENSIS/2010/TRaNSITO.pdf
Esto ya es un problema evidente, cada día entran en circulación gran número de motocicletas debido a la facilidad de compra y a los pocos controles que ejercen las autoridades de tránsito respecto al otorgamiento de los «pases» para conducir. La flexibilidad, economía en impuestos y gasolina que ofrece este medio de transporte es un atractivo para que muchas más personas desistan de comprar carro o bicicleta. En pocos años vamos a terminar con una movilidad aún más reducida y tal vez llegaremos a casos de países como India o Vietnam.
Exacto. Temo que nuestro futuro pueda ser Hanoi o para no ir tan lejos, Sincelejo.