Invitada: Clemencia Escallón

Bogotá, 23 de Junio de 2015

Invitada: Clemencia Escallón

Clemencia Escallón es profesora e investigadora de la universidad de los Andes y es experta en el tema de vivienda. Según nuestra invitada cuando se habla de vivienda en Colombia es imposible no mencionar el cambio que ha tenido el modelo y la producción. A principios del siglo pasado, el país consolidó una serie de instituciones como el Instituto de Crédito Territorial (ICT) o el Banco Central Hipotecario (BCH) que hicieron proyectos de alta calidad y ayudaron a construir ciudades bien hechas. La política de vivienda colombiana era “muy admirada en todo el continente”.
El problema es que esta institucionalidad se perdió cuando el modelo económico se volvió excesivamente neoliberal que creo un falso dilema en donde había que escoger entre el déficit cuantitativo y el cualitativo “quedamos en mano del mercado… y nos fuimos por la cantidad en vez de la calidad”. Esto es grave debido a que hacer ciudad no solo se trata de construir conjuntos de vivienda y menos exclusivamente vivienda nueva, en el imaginario nacional está la necesidad de ser propietarios de algo, pero para Escallón esto no tiene que ser así. El caso bogotano puede ser muy ilustrativo ya que es una ciudad de arrendatarios y no hay un solo programa o proyecto del gobierno que los acompañe.
Lo que pasa es que vivir en arriendo en la ciudad puede ser mejor que tener una vivienda en la periferia o en otros municipios. Según nuestra invitada para las personas de bajos recursos es mucho mejor arrendar un cuarto sin ventana dentro Bogotá que tener vivienda propia en la periferia u otros municipios. “Viven felices porque salen y cogen un Transmilenio, tienen donde dejar a los niños en el Jardín o en el colegio… la calidad de su vivienda no es la mejor pero el entorno si mejora su calidad de vida”. Por el otro lado cuando se tiene más capacidad económica se escoge el lugar de acuerdo a lo que más le convenga a la persona.
Escallón mencionó que países como Chile, Brasil o México han tenido pésimas experiencias con los “macroproyectos”, debido a que son construidos en las periferias, sin comercio, oficinas o equipamientos “que calidad de vida hay en vivir a dos horas del trabajo o del estudio… los proyectos de solo vivienda deberían ser prohibidos”. Otra de las falencias de estas intervenciones es que todas las viviendas son iguales, cuando es obvio que la conformación familiar en el país es muy diversa. Por último, el hecho que las familias no puedan poner actividades económicas es nefasto. El país necesita viviendas donde las familias puedan decidir cómo van a distribuir su espacio y puedan llevar a cabo actividades que les generen un ingreso.
Frente a la actual política de vivienda de Bogotá, nuestra invitada fue tanto crítica como optimista con lo que se está haciendo. Crítica porque la producción de Vivienda de Interés Prioritario (VIP) en los últimos años en la capital no ha sido superior a las 5.000 unidades y pasar de este número a 70.000 viviendas que hay en el Plan de Desarrollo es imposible, es evidente que esa meta no se va a cumplir. Sin embargo, resaltó el objetivo de la alcaldía de revitalizar el centro reuniendo distintos usos del suelo y haciendo VIP y VIS en el centro ampliado, donde las condiciones son mucho más favorables que en las periferias. Al mismo tiempo, volvió a resaltar la necesidad de un programa de arriendo en la capital.
Como una forma de síntesis se puede resumir lo que el gobierno debería hacer en esta frase “no hacer solo vivienda, no hacer todas las viviendas iguales y agregar espacios para actividades económicas…. se debe hacer la vivienda que las personas necesitan, de acuerdo a las condiciones de estas personas”
En el espacio de preguntas surgieron dudas frente a los “macroproyectos”, Ciudad Verde y la vivienda en la Sabana de Bogotá. Frente a lo primero Escallón mencionó que en un principio los alcaldes se pusieron felices porque les iban a regalar viviendas, pero ahora que tienen que cumplir con equipamientos y vías no están tan contentos. Los “macroproyectos” están reuniendo a muchas personas en las periferias de las ciudades sin condiciones favorables. El caso de Ciudad Verde es uno de los más estudiados por Clemencia y afirmó que hay muchos problemas porque las personas no están viviendo lo que les prometieron, son 49.000 viviendas que no están bien conectadas y equipamientos como el colegio ya se saturaron. Por último, frente a la sabana mencionó que es necesario utilizar la gestión del suelo y que es necesario actuar con una visión regional.

Información recomendada:
Revista de Ingeniería (Universidad de los Andes) # 35 «Vivienda en América Latina: estrategias revisadas»
Revista de la Secretaria de Hábitat. Vivienda y Hábitat Urbanos Edición no.1

Mateo Morales
@MateoMoralesMen

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