Alcalde, ¿y la ciudad qué?

Por: Martín Rivera Alzate
@riveraalzate

Los buses rojos transportan casi un millón y medio de pasajeros cada día, en total son 880.000 los niños que van diariamente a una institución educativa del distrito, hay 22 hospitales que administrar y a diario se producen más de 6.000 toneladas de residuos sólidos que toca recoger. Esto es Bogotá. Con balcón o sin balcón.

No culpo a Petro por las vías de hecho que está empleando para defender jurídicamente su situación política, finalmente la manifestación (ojala no violenta) es una herramienta para luchar contra el establecimiento. De lo que si lo culpo, con vehemencia, es de haber utilizado la administración pública distrital para pretender aspirar –eventualmente- a un cargo de poder nacional, bajo la falsa máxima que ‘la Alcaldía de Bogotá es el segundo cargo político más importante del país’.

Que el ciudadano Gustavo Francisco Petro Urrego quiera defenderse jurídicamente es una cosa, pero que utilice su puesto, cuya responsabilidad recae en administrar una ciudad con más de 7,2 millones de habitantes y un presupuesto anual de 13 billones, es otra. Me gustaría pedirle, como bogotano, ciudadano de nacimiento y registrado en la ciudad, que, mientras se defiende en la calle y con la ciudadanía, nombrara a un alcalde ad-hoc para evitar que la ciudad, se siga hundiendo en el hoyo negro del cual nuestra generación se verá en la responsabilidad de capotear. (Desafortunadamente este escenario idílico no lo permite la ley ya que solo podría dejar un alcalde encargado si está incapacitado o de vacaciones.)

Siendo así las cosas, no me queda otra que reflexionar sobre lo que está pasando, para así evitar repetir los errores en el futuro. Acá algunas sugerencias:

  1. La ciudad seguirá funcionando pase lo que pase. Citando una frase de Gabriel García Márquez en ‘El amor en los tiempos del cólera’: “-Cómo será de noble esta ciudad –decía- que tenemos cuatrocientos años de estar tratando de acabar con ella, y todavía no lo logramos.” me recuerda que esté quien esté en Palacio Liévano, llueve o haga sol, en paz o en guerra, quienes la habitamos seguiremos con nuestra cotidianidad.
  2. Para nadie es un secreto que a Gustavo Petro no le interesa el desarrollo urbano (como tampoco le interesaba a Lucho Garzón, samuel moreno*, Clara López). Cree que siendo alcalde de la ciudad más importante del país, por más mediocre que sea, se le abrirán las puertas para llegar a la Presidencia de la República. Nada más lejano de la realidad.
  3. A Bogotá han llegado una serie de abogados (en mucho caso leguleyos) a interpretar a su gusto la norma, generando inestabilidad institucional reflejada en la situación política de la ciudad. Curiosamente las profesiones de quienes administraron la ciudad durante su última época dorada son filosofo-matemático y economista de profesión.
Fuente: Diario ADN.

Fuente: Diario ADN.

Por más criticable y hasta escandalosa que haya sido la portada de la última edición de la revista SEMANA, le rescato a la publicación el hecho que haya iniciado una serie de reportajes especiales sobre la realidad de la ciudad. Empezó con la situación del Sistema Integrado de Transporte (SITP) que por lo visto ni es sistema ni está integrado.

Recordemos que la Alcaldía Distrital tiene bajo su responsabilidad 13 secretarias que cubren los sectores relacionados con el desarrollo de la ciudad. Saber administrar estas Secretarías, así como liderar el equipo humano detrás de este engranaje administrativo no es tarea fácil. Acá siguen improvisando. No me vengan con cuentos.

Pero bueno, volviendo a la realidad, acá no pasará nada. Petro continuará desde el balcón improvisando discursos, pues a pesar de su gran capacidad oratoria ya lo dijo todo. Algunos furipetristas seguirán durmiendo incómodos y aguantando frío en la Plaza de Bolívar mientras otros estarán inundando los juzgados locales, nacionales e internacionales de tutelas y otras herramientas para demorar el fallo y así ganar tiempo. El registrador se estará quemando las pestañas ante la incertidumbre si deberá convocar, o no, elecciones que refrenden del mandato para el próximo 2 de marzo (mientras organiza toda la logística de las elecciones al Congreso el 9 de marzo) y el procurador estará destituyendo a diestra y siniestra (más a siniestra la verdad).

Por lo demás, la administración del ciudadano Gustavo Francisco Petro Urrego será recordada como la de la inestabilidad institucional en donde el ego le ganó a la razón. Los ciudadanos de a pie, interesados por el desarrollo urbano, constantes activistas de Bogotá debemos empezar a enfilar energías para incidir en las elecciones de 2015 y empezar, poco a poco a recuperar el rumbo de una ciudad que, recordemos, fue galardonada en 2006 con el León de Oro en la Bienal de Arquitectura de Venecia por sus avances urbanísticos y sociales.

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*N. del A. : tan poco respeto hay hacia este personaje, que su nombre no merece ser escrito con letras mayúscula.

3 comentarios en “Alcalde, ¿y la ciudad qué?

  • Señores Combo, me gustaría que precisarán las razones por las cuales consideran que:

    1. A PETRO no le gusta el desarrollo urbano.
    2. LA ciudad esta mal administrada y se sigue improvisando.

    De hecho, habra que hablar más de la ciudad y menos de Petro, si era la intención – fallida en mi consideración- del artìculo

    • Raúl, respecto a su comentario, le preciso:

      1. Ni en su formación profesional, ni en su desarrollo político (tanto en Cámara como en Senado), ni en su discurso como candidato a la Alcaldía, ni en momentos de crisis urbano, Gustavo Petro mostró interés, conocimiento o curiosidad sobre los temas de desarrollo urbano. Si bien conformó un equipo altamente técnico con vastos conocimientos en el tema, recordemos que en solo el primer año dimitieron más de 11 por rencillas directas con el alcalde.

      2. ¿Ud. no cree que la ciudad ahora está mal administrada? Mejor, le cambio la pregunta: ¿qué cosas positivas cree que están pasando ahora en la ciudad? Rescato el subsidio del transporte, la disminución de la tasa de homicidios y el subsidio del agua. Pero para una ciudad tan compleja e importante, ¿eso es suficiente?

      Gracias por la sugerencia final. Tiene razón en el punto.

      Saludos.

  • Es necesario que los gobernantes sepan rodearse de un buen equipo de trabajo con el objetivo de cumplir los objetivos que tienen propuestos en su agenda y con ello olvidar que tienen en sus hombros la única reponsabilidad de encausar los caminos de la ciudad y de quienes habitan en ella. Es importante que se sepan aguzar los oídos y no creer que siempre se tiene la razón a la hora de tomar las decisiones más importantes.

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